Las patologías neuromusculares engloban en su ser 150 entidades patológicas. La mayoría de ellas son progresivas (es decir, neurodegenerativas) y se caracterizan porque todas tienen en común que el músculo, la unión neuromuscular, el nervio periférico o la motoneurona espinal están afectadas dando cuadros crónicos y de muy diversos síntomas y evolución.
La característica que quizás mejor las defina es la falta de fuerza muscular, signo que en menor o mayor medida condicionara la discapacidad de nuestros afectados. En algunos casos la falta de fuerza se localizara en el aparato locomotor exclusivamente pero en otros los músculos que se verán afectados también serán los respiratorios y deglutorios dando cuadros de insuficiencia respiratoria más o menos severos y trastornos deglutorios o de fonación.
Nuestra labor como fisioterapeutas será tratar tanto los músculos esqueléticos (de las extremidades) como los músculos respiratorios. Principalmente la bomba diafragmática, abdominales y musculatura accesoria.
¿Qué sucede a nivel respiratorio en las enfermedades neuromusculares?
A pesar de presentar un pulmón no afecto la pared torácica que permite que ese pulmón se expanda y contraiga para permitir el intercambio de gases y oxigenación del organismo esta afectada. Los músculos que la componen se presentan debilitados y son incapaces de contraerse adecuadamente y ensanchar la caja torácica para permitir la entrada de aire. La debilidad de la musculatura inspiratoria provocara una insuficiencia de carácter restrictivo; es decir, habrá un aumento de la frecuencia respiratoria volviéndose la respiración rápida y superficial.
Todo esto provocara que el tórax no se expanda de una manera adecuada generando zonas hipoventiladas y la aparición de hipercapnia. La afectación de la musculatura espiratoria (abdominales, musculatura accesoria) provocara una tos ineficaz y la aparición de infecciones respiratorias por cúmulo de secreciones.
¿Cómo podemos ayudar a ese pulmón a trabajar mejor?
De la misma manera que no se contempla el entrenamiento de fuerza en la musculatura de las extremidades en afectados neuromusculares tampoco esta indicado practicar ejercicios activos contra resistencia en el caso de trabajar la musculatura respiratoria.
Es aquí donde la fisioterapia respiratoria tiene una nueva visión: la de intentar acompañar, dar soporte y apoyo a la musculatura respiratoria debilitada. Para esto contamos con diferentes herramientas siempre bajo el control periódico de un neumólogo.
Nuestro trabajo por lo tanto, va desde técnicas de reeducación diafragmática básicas medianteejercicios abdómino torácicos y estiramientos a técnicas instrumentales de expansiónpulmonar.
Si el diafragma debilitado no es capaz de garantizar una ventilación adecuada deberemos de centrar todo nuestro esfuerzo por hacer de la caja torácica un habitáculo flexible y del pulmón un territorio mejor ventilado mediante insuflaciones mecánicas o combinando la terapia manual con un uso adecuado de un ambu (resucitador manual)/ cough. Mantener la compliance torácica y pulmonar a veces no es una batalla nada fácil, sobretodo si se instauran curvas escolióticas que comprometen la expansión pulmonar.
Además, mediante técnicas de drenaje de secreciones garantizaremos que el pulmón conviva libre de tapones de moco que provoquen en un futuro las temidas atelectasias. Técnicas de espiración lenta (EDIC, ELTGOL), técnicas basadas en la variación de flujo aéreo para la desobstrucción bronquial como el drenaje autógeno (DA) , la utilización de cinchas tóracicas, TEF o presiones abdminales manuales acompañadas de ambú, cough assist… son un ejemplo de nuestro trabajo.
Y por último el asesoramiento a las familias y la comunicación con los profesionales tanto neurólogos como neumólogos en el caso de encontrarnos con síntomas de hipoventilación nocturna para la colocación de una máquina de ventilación mecánica no invasiva (VMNI). Como conclusión queremos reforzar la idea de que no debemos fatigar a la musculatura respiratoria mediante técnicas contra resistencia, incentivadores utilizados con el fin de ejercitar en lugar de mejorar espacios no ventilados etc. POR LO TANTO el entrenamiento fatigoso de las extremidades superiores, inferiores o el entrenamiento de los músculos inspiratorios no tiene lugar en el marco de las enfermedades neuromusculares.
Los programas de rehabilitación y entrenamiento físico utilizado en enfermos respiratorios hasta ahora dan paso a un nuevo enfoque que busca mimar y prolongar dicha musculatura asegurándonos una mayor y mejor calidad de vida.